Lo más temido para los toreros, casi más que las
cornadas, son las lesiones provocadas por las caídas o derivadas del entrenamiento,
debido al tiempo que les hace estar alejados de los ruedos. Las lesiones más
comunes se dan en el miembro superior, y dentro de éste, en el hombro y la
mano, siendo la suerte de matar donde mayor número de ellas se originan. La
especial idiosincrasia, manías y supersticiones de estos profesionales, que
asocian la figura del profesional sanitario con la cogida, hacen muy difícil el
posible estudio sobre sus lesiones y repercusión en el transcurso de la
temporada taurina.
El
toreo a pie es una actividad física no sistemática, por ser irregular e
intermitente, donde los profesionales deben realizar esfuerzos de frecuencias o
acciones imprevisibles pero protocolarias (toreo de capa, de muleta, entrada a
matar), con diferentes intensidades y duraciones, lo que da a entender, que es
esencial una buena preparación física para afrontar la actividad de torear con
mayores garantías de éxito.
Además
del esfuerzo físico, el torero se ve sometido a un gran estrés al realizar una
actividad artística en colaboración de un animal de reacciones imprevisibles,
el toro, donde el accidente puede
ser mortal, además de la responsabilidad ante los espectadores y el miedo al
fracaso. Una buena preparación física contribuye a disminuir el estrés agudo
emocional.
Para
los toreros, la buena preparación física está relacionada con las exigencias
que demanda el toreo en relación a cualidades, capacidades o facultades físicas
necesarias tales como la resistencia, velocidad de reacción rapidez,
elasticidad, agilidad y fuerza, además de proporcionar un aumento en la
seguridad, confianza y mentalización.
La tauromaquia es el arte que recoge, combina y expresa la condición más
humana, desde el instinto de supervivencia, hasta incluso, la muerte. El color
y la luz, del albero y los tendidos, el cielo y las tablas, el traje de luces y
sus bordados. La figura esculpida del torero en fusión perfecta con el toro y
sus movimientos, la creación desde la muñeca y la cintura de las más bellas
formas. La música, que ensalza y enaltece las más puras emociones. Y todo esto,
y cada vez, de manera única e irrepetible.
Otra
vez sucederá la estética, pero
también las posturas forzadas, los pases redondos y largos, pero también el
peso del capote y la muleta. La adrenalina ante el toro, la responsabilidad
ante el público y el aficionado, y el calor sofocante bajo un traje en demasía
ajustado y pesado, también provocan un desgaste psicológico y físico.
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Fisioterapeuta José Antonio Salas Lluch tratando al torero Morante de la Puebla |
Lesiones más frecuentes
A lo largo de su carrera los toreros están expuestos a cornadas,
cogidas en la plaza, también a traumatismos; pero hay un tipo de lesiones que
son casi ocultas, lesiones que se producen incluso en los entrenamientos o que
están generadas por la propia presión que genera el día a día de la vida del
torero.
El
torero es, además de un artista, un atleta que necesita unas óptimas cualidades
físicas para poder llevar a cabo su actividad. Durante la temporada después de
jugarse la vida en el ruedo cada tarde y de hacer un esfuerzo agotador,
recorren miles de kilómetros para actuar en un nuevo destino. Las posturas
forzadas, el peso del capote y la muleta, la adrenalina ante el toro, la
responsabilidad ante el público y el sometimiento a un estrés continuo tienen
como consecuencias una serie de lesiones comunes que se unen a las derivadas de traumatismos por cogidas y a las propias de los
ejercicios de entrenamientos. Estas últimas son diferentes entre matadores y
novilleros, dependiendo del tipo de deporte que practican.
A nivel de Miembro Inferior:
Las lesiones más frecuentes son las de ESGUINCE DE TOBILLO
principalmente. Son diferentes los motivos que causan dicha lesión si hablamos
entre matadores de toros y alumnos de escuela taurina. El matador de toros
evita deportes de contacto dado que el tobillo sufre mucho en ese tipo de
deportes, por lo tanto, en su caso, la lesión vendrá provocada por el mal
estado de la plaza.
En el caso de los alumnos de escuelas taurinas, no es tanta su
responsabilidad para con el público y si se atreven a practicar deportes como
el fútbol. En un 70% de los alumnos de escuelas, el esguince de tobillo viene
provocado por la práctica de este deporte.
A nivel de Tronco:
Las lesiones más frecuentes son la LUMBALGIA y la CERVICALGIA.
Destacar tres motivos como causantes de la cervicalgia: el primero motivo que
provoca la cervicalgia en el torero son la cantidad de horas de entrenamiento y
de la práctica en sí de torear, dado que al utilizar los miembros superiores
para coger el capote y la muleta provocará mucha tensión a nivel cervical; el segundo
motivo es la traslación de lesiones desde la zona lumbar hasta la zona
cervical, ya que en un torero una lesión a nivel lumbar siempre se trasladará a
nivel cervical; y el tercer motivo causante de la cervicalgia, es la cantidad
de horas de viaje que acumula el torero, con mucha tensión emocional y también
una importante responsabilidad.
Existen estudios electromiográficos que indican
que, por cada centímetro que tenga la cabeza el torero adelantada por delante
de su cuerpo, multiplicamos por tres el trabajo muscular que tiene que realizar
la espalda. Por lo tanto la postura fisiológica del torero a la hora de torear,
que es con la barbilla clavada en el pecho, son muchos centímetros los que está
cabeza por delante del cuerpo, multiplicando así por tres el trabajo muscular
de la espalda.
A nivel de Miembro Superior:
Enncontramos como lesiones principales: la lesión
del LIGAMENTO LATERAL INTERNO DEL DEDO PULGAR y la FRACTURA DE ESCAFOIDES. Son diferentes los motivos que causan una u otra lesión.
La lesión del ligamento lateral interno del dedo pulgar se produce cuando,
entrando a matar, pincha el torero un hueso del toro, arrastrando así el dedo
pulgar con todo su cuerpo y quedando éste enganchado en el gavilán. En cambio, en el escafoides, su fractura se
produce paulatinamente a la hora de entrar a matar una y otra vez. La cabeza
del estoque va fracturando el hueso en un proceso que se conoce como “fractura
por fatiga”.
Si nos centramos a nivel de codo,
si que aparece mucha EPICONDILITIS y EPITROCLEITIS derivado más que al mero
hecho de torear o sujetar el capote y la muleta, sino por los deportes complementarios
que el torero realiza hoy en día como puede ser frontón, pádel o tenis.
No menospreciar la práctica de este tipo de deportes complementarios
dado que aportan velocidad de reacción, siendo ésta una cualidad física muy
importante para ponerse frente al toro. La práctica inadecuada puede llegar a
causar lesiones de codo principalmente, de hombro o incluso a nivel cervical.
El torero actual necesita de una preparación física mucho más fuerte
que la de hace 50 años, dado que hoy en día se le exige que toree a un número
de toros mucho mayor y que mejore cada vez más en cada corrida. Cuando un
torero se encuentra bien físicamente y no arrastra lesiones, afrontará al toro
con mucha más tranquilidad, confianza y armonía, por tanto su probabilidad de
éxito aumentará.
Aquí os dejo una entrevista a José Antonio Salas Lluch, pinchando en el siguiente enlace, también conocido como el "Fisioterapeuta de los toreros", donde recalca la importancia de la Fisioterapia como preparación indispensable antes de que cualquier torero se ponga frente al toro.
Quizás algunos no estéis a favor de los toros, o sí, pero con esto sólo pretendo aplicar prevención de la salud al mundo del toreo. Espero que os haya gustado de corazón y que os abra la mente para poder aplicar Fisioterapia en cualquier ámbito de nuestra vida diaria y nuestra sociedad actual.
Agradecimientos:
Mi más sincero agradecimiento a mi amigo y compañero Álvaro González Fajardo, sin el cual no podría haber realizado toda esta búsqueda sobre el mundo de la Fisioterapia Taurina.